Los tatuajes más dulces
Dicen que a nadie le amarga un dulce y es que no hay nada mejor para nuestro paladar que ese sabor que siempre nos dibuja una sonrisa. Desde niños venimos pidiendo caramelos y pasteles, que siempre son motivo de celebración y buen humor, incluso cuando vamos al médico, una vez finalizado el mal rato, nos regala una piruleta para compensar.
Por eso son muchos los que deciden hacerse un tatuaje de algo tan positivo para nuestro estado de ánimo como pueden ser los dulces. Muchos escogen chuches como los ositos de goma, nubes o fresas. ¿A quién no le gustaba disfrutar de una enorme bolsa de chuches de todos los colores al salir del cole?
También un clásico son las piruletas o chupachups, que nos entretienen y a la vez deleitan en muchos sentidos. Un tatuaje muy retro sería el de las típicas máquinas de chicle en forma de bola que les enccantaban a los pequeños hijos de los 80.
Otros optan más por los pasteles o pastelitos. Ahora está muy de moda tanto en las cafeterías como en nuestra piel, los famosos cupcakes que nos llegan de inglaterra de todos los colores y sabores. También existe otra variante de pastelito como son los muffins o lo que solía conocerse como magdalenas.
Otro tipo de dulce bastante popular es el chocolate. Aquí podemos encontrar desde tatuajes de tabletas de chocolate (negro, blanco o con leche) o huevos de pascua, otro favorito desde que somos muy pequeños. De hecho son muchos los que conservan la tradición de regalarle la mona a su ahijado o ahijada hasta que ya están bien creciditos.
Y por último ahora que estamos en pleno verano, seguro que te inspirarán los tatuajes de helados. Ya sea de bolas o polos de colores, es un tatuaje divertido y alegre que siempre nos gustará llevar y mirar en los días de más calor. ¡Seguro que a alguno le entran ganas de comerse uno al ver tu tatuaje!