Historia de los tatuajes japoneses
Los tatuajes japoneses causan fascinación en todo el mundo, especialmente en las sociedades occidentales. Pero más allá de su vinculación con la yakuza y con los samuráis, pocos conocen su historia real. En el post de hoy hacemos un rápido repaso a la historia del tatuaje japonés y de sus principales momentos definitorios.
Tatuajes japoneses en la antigüedad
Las primeras evidencias de los tatuajes en Japón provienen del período Jōmon (10000 – 300 aC), con el descubrimiento arqueológico de figuras de barro con tatuajes y escarificaciones faciales llamadas dogū. En el período Yayoi (300 aC – 250 dC) esta idea se afianza – con evidencia de que dinastías chinas acudían a tatuarse a las islas japonesas. Y posteriormente en el período kofun, hasta el 600 dC, el tatuaje tribal japonés continúa y empieza a adquirir un significado negativo y como castigo. Parece que toda la evidencia de tatuaje desaparece desde entonces hasta el inicio del período Edo, en el 1600 – aunque es poco probable que de golpe desapareciera la práctica del tatuaje.
Tatuajes japoneses en el período Edo
Es justamente en el período Edo cuando empieza el tatuaje tradicional japonés Irezumi como lo entendemos hoy en día. Los tatuajes se usaban como castigo a criminales y entre prostitutas y sus clientes, con motivos como el irebokuro (punto entre el pulgar y el índice) y el kishobori (caracteres como nombres, amor y futuro en el interior del brazo). Otros tatuajes de caracteres populares eran namuamidabutsu (“Creo sinceramente en el Buddha Amida”), que simbolizaba gratitud y pedía perdón por sus pecados, y que se extendió hasta muchos años después entre veteranos de la 2ªGM.
Poco a poco se empezaron a realizar piezas más grandes, tanto como manera de cubrir los tatuajes penales como una carrera para ver qué grupo social lucía piezas más ostentosas y decorativas: bomberos, artesanos, luchadores, carpinteros, portadores de palanquines y kabukimono (samuráis rebeldes o sin amo). Justamente estos últimos se consideran los predecesores de la yakuza (familias de crimen organizado), y se veían a sí mismos como proscritos caballerosos que protegían al hombre común.
Los tatuajes japoneses de cuerpo completo (bodysuit tattoo) se atribuyen a la publicación de la historia impresa de los “108 Héroes de Suidoken”. Las bellas y complejas ilustraciones que lucían estos héroes proscritos inspiraron a todos los grupos anteriores a hacerse este estilo de tatuaje.
Con la apertura del país a partir del período Meiji (1868) los marineros extranjeros quedaron fascinados con el arte del tatuaje japonés, importándolo a Estados Unidos y dando paso al tatuaje tradicional americano. Sin embargo, el gobierno japonés no lo veía con buenos ojos y prohibió la práctica de los tatuajes, por lo que este arte quedó marginado y como algo propio de los proscritos y de las mafias (especialmente de la yakuza), asociación negativa que continúa en la sociedad japonesa incluso hoy en día.
Tatuaje japonés hoy en día
La sociedad japonesa, especialmente las personas mayores, siguen viendo con malos ojos los tatuajes tradicionales japoneses, precisamente por esa vinculación con la yakuza. Pero poco a poco y con la inclusión de ídolos occidentales (músicos, deportistas y demás) en el mundo actual, se va aceptando cada vez más este arte en la piel, especialmente entre las personas más jóvenes y urbanitas.
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